Hace poco me recordaron que Bonsái de Zambra fue por mucho tiempo mi libro favorito de la adolescencia. Imaginé muchas veces a los protagonistas transitar por las mismas calles de Santiago que recorría cuando me alejaba de la periferia. Anhelé secretamente vivir sus bohemias y miserables vidas sin saber que un día iba a estar en esa misma.
Porque hoy vivo en el centro de la capital, sola, siempre supe que así sería y me reconforta estar cumpliendo mis metas en las vidas. Sin embargo, más madura, me doy cuenta que la vida no es y no deber ser como Bonsái, ni tampoco como en las ingenuas entradas que publicaba llorosa en este blog. Porque ya no lloro tanto, pero tampoco río en exceso, creo que cerré una etapa, pero aún no sé cómo manejarme en esta.
Cai de repente acá, es genial saber que aun escribes en el blog <3 saludos :)
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