lunes, 30 de noviembre de 2015

Dilemas: El cruce de dos caminos o cómo la racionalidad lleva a Edipo Rey a derrotar a la esfinge y enfrentar su destino trágico (gift)

Recuerdo a Janis Pope frente a un espejo recitando: “he aquí mi secreto, que no puede ser más sencillo. Solo se puede ver bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”. La Janis venía recién saliendo del reality y le habían hecho una nota en Primer Plano. A mí la frase me pareció de lo más bacán y por mucho tiempo atribuí a ella la autoría; tenía 13 y nunca había leído El Principito. Lo leí más tarde como a los 17, lo releí ahora a los 25. Supongo que de todos los aprontes al libro este ha sido el más significativo, por el momento de la vida en que me encuentra.


A veces se nos olvida cuál es el sentido de todo esto, nos preocupamos en exceso por problemas cuyas soluciones complejizamos por miedo a perder algo que sabemos seguro. Por miedo a sentir, porque sentir es primitivo y está mal, lo que tenemos que hacer es pensar,  y pensando, pensando, nos comienza a abrumar el futuro,  y sentimos cómo un ojo nos empieza a tiritar, con tanta fuerza, que dejamos de ver serpientes boas y empezamos a ver los sombreros.
Nos tomamos la vida en serio  y automáticamente nos volvemos adultos de la forma en que no deseamos hacerlo cuando somos brocas. 

Con el corazón se ve distinto, se decide distinto, es más complicado, pero a la larga resulta más sincero, porque no cabe el engaño, y a veces, incluso, puede que le achuntís. 

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