jueves, 20 de febrero de 2014

8°B

Yo tenía un compañero que una vez se metió una mina (de lápiz) por el oído. Estaba de lo mejor y de pronto se le quebró, la mina recorrió su canal auditivo y se alojó en su tímpano, el cual luego de unos segundos, explotó provocándole una muerte muy lenta y dolorosa.

Se llamaba Milton y el desenlace es falso.
No murió, aunque tampoco podría afirmarlo. Tampoco sé si volvió a clases pero ojalá hubiese muerto, ojalá todo el curso hubiese muerto en ese instante, pero como no sucedió, solo les deseo una vida muy miserable.

A los hombres guata y calvicie, a las mujeres también.
A la Nicole no, ella me caía bacán.

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